martes, 22 de abril de 2014

Ideas en fieltro: botines infantiles

Botines fieltro

Vaya por delante que no me gusta demasiado trabajar con fieltro, lo considero el "hermano tonto" de la tela tradicional. Es más barato y más fácil de tratar, pero generalmente el resultado es más basto y no es apropiado, ni mucho menos, para cualquier prenda u objeto que queramos crear. Dando por hecho que es una buena opción para crear aplicaciones y broches, me ha costado encontrarle el gusto. Por eso últimamente me he esforzado en descubrir el potencial de este material con resultados sorprendentes. Primera lección: si quieres sorprender con un objeto de fieltro, busca la creatividad en el fieltro grueso.

Y hoy, precisamente, os enseño los botines infantiles que cosí para regalarle a mi sobrina el Domingo de Ramos. Como no necesita remates, apenas lleva tiempo. La idea y el patrón, una vez más, llevan la  firma de Astrid Le Provost; están extraídos del libro Moda y complementos para tu bebé. Yo lo compré en FNAC, pero lo podéis encontrar en cualquier librería que tenga una sección específica de manualidades.

Coser fieltro grueso

Una vez cortados los patrones, tan solo hay que ensamblar las piezas con cuidado, siguiendo las instrucciones del patrón. Con la aguja y la tensión adecuadas podréis coserlo a máquina, pero os recomiendo que utilicéis doble hilo superior, quedará mucho mejor. Como me gustan los retos, yo preferí dar todas las puntadas a mano, con hilo de mouliné fucsia y aguja de tapicero (la misma que se utiliza para coser piezas de lana, pero con punta afilada).

Una vez montados los botines, solo queda coser los botones y abrir los ojales. No estoy segura de que el fieltro aguante sin abrirse, así que preferí asegurar el ojal con la máquina de coser. Si os animáis, os recomiendo hacer el ojal antes de montar cada botín, os resultará más cómodo. ¿Quién se anima a intentarlo?

miércoles, 9 de abril de 2014

Un tocadiscos vintage en mi salón

tocadiscos holiday serie oro

Hoy os enseño una de las últimas incorporaciones al mobiliario de casa. Tiene algo de DIY, una pizca de paciencia, un generoso toque vintage y está bastante cargado de historia. Hoy os cuento el rescate y recuperación de uno de esos tocadiscos por los que suspiraban nuestros padres.

Cuando era pequeñita, mi padre lo guardaba como oro en paño. Aunque para entonces escuchábamos  a Enrique y Ana o a Parchís en las modernas cintas de cassette, este tocadiscos todavía sonaba con los últimos vinilos que entraron en casa. Llegaron los equipos de música, con platos que reproducían un sonido considerablemente mejor, y condenó al olvido al viejo tocadiscos. Un buen día, no recuerdo cuándo ni por qué, dejó de estar allí. Nunca más lo vi, hasta que hace un par de años que mi padre me lo enseñó, sucio, destartalado y abandonado junto a un montón de cajas y objetos familiares fuera de uso que fueron a parar a ese mismo lugar. No pude evitar sacarlo de allí y cargarlo en el coche, sin saber bien qué demonios hacer con él.

Lo tuve un tiempo guardado en el trastero y después lo coloqué en la última balda de una estantería. Necesitaba una restauración completa y yo no sabía ni por dónde empezar. Así que me acerqué a una feria de antigüedades y por fin encontré a un restaurador que aceptó el reto. Pensé que me iba a echar para atrás el precio, pero no: fueron los 70 euros mejor gastados en mucho tiempo. Cinco meses después, el tocadiscos volvió a casa con un aspecto renovado.

Si vais a recuperar una pieza similar, estas son las mejoras que tiene el tocadiscos:

-Eliminación de la carcoma y aplicación de tratamiento preventivo.
-Desmontaje y limpieza de las distintas piezas.
-Renovación de embellecedores metálicos.
-Limpieza de las piezas textiles (con productos químicos específicos).
-Renovación del cableado
-Labores de carpintería: encargo de cuatro patas a medida (las originales se han perdido).

Ahora, el tocadiscos de mi padre hace las veces de mesa auxiliar en el salón. ¡Y funciona! Pero su papel en casa es otro. Ya sabéis como son los objetos cargados de historia: los colocas frente a una pared vacía y son la memoria y los buenos recuerdos los que la llenan.

tocadiscos holiday serie oro

¿Qué os ha parecido? ¿Qué nuevo uso le daríais a este tocadiscos?

jueves, 3 de abril de 2014

El día que descubrí los sobornos DIY

El otro día os enseñaba una capa de baño para bebé que cosí para Marta, la pequeña de la familia. Hace tiempo también dediqué una entrada a las bailarinasla ropita y los complementos que le hice cuando nació. Y hoy, para completar la serie, os muestro la canastilla al completo.

Lo cierto es que el nacimiento de Marta fue un desafío DIY para mí. Estaba empeñada en ser la madrina de la niña y tenía grandes competidoras a batir: la criatura tiene muchas tías y todas ellas con muchas ganas de mimar hasta la saciedad a la primera niña de su generación. Por eso mi canastilla-soborno tenía que ser espectacular o, al menos, parecerlo. Dos meses, muchas horas, millones de puntadas y unos cuantos errores con sus respectivos remiendos después este fue el resultado:

Regalo de nacimiento


La cesta fue lo único que no llevó el sello DIY. Además de todo lo que os he ido mostrando, también le preparé un juguete de ganchillo. El patrón gratuito se puede descargar en la web de Lion Brand. Si os fijáis, el mástil del juguete es demasiado grande: aproveché un ovillo verde que tenía para hacerlo y, al no ser lana del mismo grosor, rompí las proporciones. Si probáis a hacerlo, utilizad lanas de gama similar y una aguja de ganchillo apropiada. Es laborioso, pero el patrón es sencillo y está muy bien explicado.


Juguete a ganchillo

Como todos los DIY, merece la pena la dedicación por la satisfacción de ver el resultado final. Pero en esta ocasión la mayor recompensa es ver a la peque pasear con el vestido o dándole vueltas al juguete, pasándolo de una mano a otra mientras lo sigue con la mirada: está descubriendo el mundo, riendo y disfrutando con un buen puñado de lanas y tejidos que trabajé antes de cruzarme por primera vez con esos ojitos azules que escudriñan todo lo que se mueve alrededor.

Y sí, el soborno funcionó; soy madrina de la simpática rubia de ojos azules que siempre tiene una carcajada que regalar a cualquier monería que le hagas. ¡Animaos y sobornad a futuros papis! El DIY es una apuesta segura ;)

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